Primero que nada, es importante que conozcamos la diferencia entre un modelo educativo y un modelo pedagógico, los cuales se entrelazan, pero no son lo mismo.
Un modelo educativo se refiere a la filosofía, visión, principios y concepción que se tiene de la educación. Tal vez al ver nuestro modelo educativo pienses “Y entonces ¿qué renovaron si siempre han sido así?” Y es que un modelo educativo en pocas palabras es la esencia y la guía que tenemos, la cual no cambia con el tiempo, simplemente lo hemos formalizado en un documento, pues nuestra esencia y lo que nos distingue es lo mismo que hemos construido en tantos años de experiencia. Lo que sí hemos hecho, es definirlo y plasmarlo en un documento para asegurar que todos lo conocen y lo viven.
Un modelo pedagógico establece cómo es el proceso educativo, definiendo sus propósitos y objetivos, en nuestro caso, es lo que ha venido renovándose en los últimos años. Sabemos que la manera de aprender y de enseñar no es la misma que antes, ni nuestros alumnos son como eran los de antes. Por eso, desde hace algunos años hemos investigado y hemos dado grandes pasos para renovar nuestro modelo pedagógico. Esta renovación se hizo con base en nuestra filosofía y principios, es decir respondiendo a nuestro modelo educativo, pero también respondiendo a estándares internacionales y con una visión innovadora viendo hacia el futuro.
¿Qué hace a este modelo renovado algo diferente?
El centro y fin de nuestra misión son y siempre han sido las personas. Los alumnos, junto con los docentes y formadores, siguen siendo los principales actores del aprendizaje, el cambio en el nuevo modelo pedagógico está en el enfoque, ya que ahora el centro y fin de nuestro modelo es que el alumno APRENDA, pues es precisamente él quien como protagonista recorre esta aventura del aprendizaje y es él quien con sus habilidades, necesidades, experiencias e intereses le da sentido a lo que aprende.
METODOLOGÍAS DE APRENDIZAJE
Otro aspecto que nos aleja de la educación tradicional es que nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje es activo. Hoy, nuestro modelo busca que el alumno esté completamente involucrado y activo en las actividades de su aprendizaje, esto lo logramos aplicando metodologías CAR: Cooperativas, Activas y Reflexivas. Quizás te preguntarás ¿qué es esto?, en resumen, las metodologías logran que el alumno aprenda haciendo a través de actividades que lo involucran y lo hacen responsable de construir su propio aprendizaje, centrándose no solamente en el resultado, sino en el camino por recorrer, en los logros y en los retos por superar, convirtiéndose en un pensador crítico, creativo y autónomo.
ACOMPAÑAMIENTO
Nuestro modelo promueve una enseñanza respetuosa, es decir, aquella que es capaz de adaptarse a los ritmos y a las potencialidades individuales. Es por ello que brindar un acompañamiento cercano es clave para lograrlo. Estamos comprometidos con los padres de familia para lograr juntos el máximo aprendizaje de sus hijos, tomando en cuenta sus habilidades y aquellos obstáculos que deberán superar en el camino.
AMBIENTES FORMATIVOS
Antes, los espacios e instalaciones se planeaban al margen del modelo, hoy, son ambientes formativos que responden al modelo y son parte importante del proceso de aprendizaje.
PERFIL DE EGRESO
Tenemos muy claro el perfil de los alumnos que queremos egresar, así como las competencias que deben desarrollar, las cuales les permitirán aprender para la vida y para los demás.
ENFOQUES DISCIPLINARES
Ya que tenemos claro qué tipo alumnos queremos formar y las competencias que requieren, sabemos que es necesario dar un enfoque adecuado a las asignaturas clave, es por ello que tenemos un programa propio para las materias de lenguaje, inglés, matemáticas, ciencias y tecnología. El nivel de aprendizaje que buscamos no es uno temporal, solamente para pasar de curso o cumplir con un currículo, sino uno profundo, duradero y significativo, aquel que lo ayude a desarrollarse en todas sus dimensiones: física, social, intelectual y espiritual.
Cada elemento que conforma nuestro modelo es valioso; sin embargo, el alumno, situado en el centro y guiado por el docente y formador, es en quien se centran todos nuestros esfuerzos formativos. Él nos inspira a ir siempre más allá en el cumplimiento de nuestra misión de formarlo integralmente como líder cristiano. Un líder que, en la actualidad, es el autor de su propia historia de aprendizaje y desarrolla competencias para toda la vida.